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  • Writer's pictureBlue Door Psychotherapy

El Arte de la Comunicación Efectiva

Updated: Mar 8, 2021

By Edgar E. López, O.Carm., MFT


Orange Crush fue la primera frase en inglés que este terapeuta familiar aprendió mientras crecía en Guatemala. Este popular refresco fue introducido por primera vez en 1911 por Clayton J. Howel, fundador de la Compañía Orange Crush.

La palabra naranja tiene dos usos diferentes: fruta dentro de la familia de los cítricos y color en la gama de colores.

Aplastar es un verbo que significa "apretar o forzar por presión para alterar o destruir la estructura (diccionario Merriam-Webster), o un sustantivo que significa "un enamoramiento intenso y generalmente pasajero".

Wow, este nombre de refresco proporciona información muy interesante para este terapeuta familiar: una bebida refrescante de sabor a naranja que calma la sed, aunque se ha omitido su significado literal.

Imaginemos por un momento, esta experiencia similar de cruce cultural y lingüístico (del español al inglés) tanto para un cliente como para un terapeuta familiar en Tucson, Arizona. Cuando estaríamos evaluando la dinámica de la relación solo en una experiencia monolingüe, nos encontramos explorando la terminología terapéutica y su aplicación a un problema de pareja cuando hablamos con fluidez en un idioma que no es nativo para nosotros.




Además de superar el estigma de buscar terapia y la carga de pagar por la terapia, este mismo cliente tiene otro desafío: adaptarse a un nuevo conjunto de habilidades y lenguaje dentro del proceso terapéutico. Para un terapeuta familiar en estas circunstancias, algunos recordatorios básicos son importantes para un resultado terapéutico efectivo.

La sed es una señal de supervivencia humana. Orange Crush es una solución a la necesidad básica de hidratación. La importancia clave para calmar este tipo de sed depende de la disponibilidad de recursos (por ejemplo, Pepsi-Cola, Coca-Cola, agua natural). Cuando la sed no se atiende adecuadamente, puede tener consecuencias poco saludables (por ejemplo, deshidratación o incluso la muerte).

Del mismo modo, cuando un cliente carece de habilidades básicas de comunicación y/o regulación emocional, podría generar conflictos, aislamiento y frustración. Mientras que un terapeuta familiar tiene que presentar nuevas habilidades a un cliente, un terapeuta familiar multicultural y bilingüe tiene la tarea adicional de encontrar la terminología adecuada que respalde un resultado efectivo.

Imaginemos una pareja multirracial hispana y estadounidense con dos puntos de vista diferentes sobre el proceso de mantener a sus padres ancianos. Primero describen su experiencia usando las palabras culpa y vergüenza, y luego comienzan a describir un problema de pareja creado por la necesidad de cuidado de un padre anciano. Si bien la discusión puede centrarse en la creencia de cuidar a los padres en el hogar en la vejez frente a la creencia de tener un profesional que los cuide, la pareja está atrapada en el significado de la situación. Una pareja en esta situación puede tener dificultades para ver más allá de las traducciones literales de las palabras culpa y vergüenza, y puede verse profundamente influenciada por el significado cultural que se les atribuye.

En este punto, este terapeuta familiar recuerda su ejemplo de Orange Crush e intenta explorar el significado que cada cónyuge da al problema actual. La terapia es un arte. ¡Proporcionar un lugar seguro para que esta pareja se escuche, para discernir el significado de palabras específicas y para proporcionar la guía que tal significado tiene para ellos, y así se les proporciona algo similar a un lienzo vacío para que este artista comience su trabajo de arte!

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